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domingo, 25 de enero de 2015

Motivación y desarrollo personal


Anónimo
Navalvillar de Pela, Badajoz
Hoy en día todos pensamos en lo "inalcanzable" que son ciertas metas u objetivos a los que queremos llegar, o en el miedo que tenemos a arriesgar y apostar por lo que queremos porque no nos atrevemos a luchar por ello; todos lo queremos todo, pero no nos esforzamos de verdad por aquello que deseamos en el fondo.
   
 El pasado viernes 31 de octubre, David, una persona que había conseguido trabajar como preparador físico del equipo de fútbol "Real Madrid", nos hablaba de la motivación, del esfuerzo, de la constancia.... Puso el ejemplo de su vida, él había conseguido el sueño que tenía desde niño, trabajar en el Real Madrid, dijo que lo había conseguido tras mucho trabajo y, aún así, no se conforma, pues sigue estudiando para mejorar. Posteriormente nos enseñaba algo que podría resumirse en este refrán <<No hay fronteras para aquel que se atreva a ir más allá>>. Creo que tiene toda la razón, pues si no tienes claro tu sueño, tu verdadera vocación, lo que quieres ser... vas a pasar por la vida, pero no vas a vivirla y no sabrás por qué luchar. También habló de la inteligencia, haciéndonos entender que no somos "listos o torpes", sino que somos únicos e irrepetibles en nuestro "campo", un claro ejemplo es el de "la oruga y la mariposa". Pero quizá, una de las cosas más importantes de las que nos trasmitía, era que <<no importa cuántas veces te caigas por la vida, sino cómo  te levantaras>>, algo muy importante pues, actualmente, cuando nos caemos una vez, tiramos la toalla en vez de volver a intentarlo.

     Mi conclusión es que tienes que conocerte a ti mismo, así conocerás lo que quieres ser o hacer de verdad, y te esforzarás y harás lo imposible para conseguirlo, así no te importará cuántas veces te equivoques, porque volverás a esforzarte y seguirás en el camino correcto; te pondrás metas y, cuando las alcances, buscarás otras más altas y al final, "trabajarás" no por dinero, sino por convicción y te sentirás autorrealizado y, por tanto, satisfecho y feliz.

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